FILOSOFÍA COTIDIANA A LA ARGENTINA
Raúl Scalabrini Ortiz fue un pensador argentino de nuestro siglo. No era un filósofo profesional. Pero era un pensador muy profundo que llegó a las cuestiones filosóficas por la agudeza de su inteligencia. Lo llamamos filósofo del café, porque reflexiona sobre la esencia, el ser del porteño y con él, del argentino. Y la imagen representativa del porteño es, para este pensador, el hombre sentado, solitario, frente a la mesa del café. Sugestivamente su obra se titula: “El hombre que está sentado solo y espera”. La obra de Scalabrini Ortiz es un ejemplo de una filosofía que tiene su raíz en lo cotidiano que todos compartimos.
“Cada europeo es una boca que pronuncia preceptos, pero no una conciencia que toma opciones. Por eso los hombres cambian pero las instituciones no sufren. Entre un gobierno conservador y uno socialista no hay gran diferencia.
El hombre de Corrientes y Esmeralda ha incorporado el sentimiento de la muerte. Este sentimiento invalida los veredictos terminantes a los que la inteligencia es tan propicia.
Solamente puede considerarse infalible el que ha olvidado que se muere. El europeo juzga como si fuera eterno. El porteño no puede.
En ninguna parte, sin embargo, se habla menos de la muerte que en Buenos Aires. Es casi un vocablo inexistente. Se le teme como si fuera pestífero.
Este sentimiento sobre la muerte se une siempre a un fuerte sentido de la relatividad de la vida. Todos los hombres son parientes ante esa grande e ineludible amenaza. Por eso el porteño es indulgente al juzgar las acciones. Hay algo de Juicio Final en el juicio del hombre de Corrientes y Esmeralda. No abruma a nadie con calificaciones irrecusables.
Siempre aflora en los labios del porteño: “vaya a saber cómo fue”. En política la condescendencia alcanza puntos descabellados. “Pero, che ¿cómo vas a votarlo a fulano? ¡Es un atorrante y dicen que es un coimero!.
Y el porteño contesta: “Bah, se dicen tantas cosas”. Y con esto el porteño quiere decir: “Es muy difícil que un hombre en su situación no se deje vencer por las tentaciones. Los que ahora son honrados por falta de ocasión quizá hicieran lo mismo que acusan…”
Raúl Scalabrini Ortiz,
“El hombre que está solo y espera”
Ed. Plus Ultra, pp 67-69.
PARA TRABAJAR:
1- Resumir por escrito las ideas principales del texto.
2- Destacar dos frases que parezcan importantes.
3- Responder a esta pregunta: ¿Cuál es el aspecto crítico de la experiencia cotidiana que destaca el porteño, según el autor?
4- ¿Qué relación tiene ese aspecto con el tema de la Filosofía?
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