HETERONOMÍA Y AUTONOMÍA… ¿QUÉ SON…?

HETERONOMÍA

Del griego “heterónomos”, dependiente de otro. Característica que Kant atribuye a aquella moralidad no suficientemente basada en la racionalidad humana, por el hecho de que no se determina a sí misma, esto es, que no se asume por sólo el respeto a la ley moral, sino por el interés de conseguir, por su medio, fines y objetos exteriores a ella. Tal interés nunca puede ser una razón universal para obrar y, por lo mismo, remite a una moralidad que Kant no cree digna del hombre (ver texto ).

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: la heteronomía

Cuando la voluntad busca la ley que ha de determinarla en algún otro lugar diferente de la aptitud de sus máximas para su propia legislación universal y, por lo mismo, sale fuera de sí misma a buscar esa ley en la constitución de algunos de sus objetos, se produce entonces, sin lugar a dudas, la heteronomía. No es entonces la voluntad la que se da a sí misma la ley, sino que es el objeto, por su relación con la voluntad, el encargado de dar tal ley. [...] Esta relación no hace posibles más que imperativos hipotéticos, tales como debo hacer esto o lo otro porque quiero alguna cosa.

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Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, p. 120-121).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

La característica opuesta es la autonomía, por lo que ahora pasamos a desarrollarla.

 

AUTONOMÍA

Del griego "autos”, sí mismo y “nómos”, ley: que vive según su propia ley o se gobierna por su propia ley. Capacidad de bastarse a sí mismo para preservar la propia individualidad frente a los demás o frente a la colectividad, a los que, no obstante, necesita en buena medida.

En contextos epistemológicos se refiere, sobre todo, a la heterogeneidad e independencia del objeto de estudio y de métodos de adquisición de conocimiento, como cuando se habla, por ejemplo, de la autonomía de la política y la ética frente a la religión, o de la autonomía de la razón frente a la fe. El concepto se emplea sobre todo en sociología (política) y en ética. La autonomía (política) de una sociedad supone la existencia de un Estado, y en los estados supranacionales, compuestos por varias naciones, la autonomía supone cierta entidad política indefinida dentro de la organización más amplia del Estado. También en sociología se habla de la autonomía personal frente al Estado o una organización social de tipo colectivo. Durkheim describe la evolución de la sociedad como una paulatina sustitución, por el proceso histórico de la división del trabajo, de un tipo de sociedad primitiva, de fuerte conciencia colectiva y de predominio de lo social, por un tipo de sociedad avanzada, industrial y moderna, que tiende a promover y a aumentar la autonomía del individuo, que, en todo caso, ha de ajustarse al ordenamiento social. Pero es en el ámbito de lo ético y moral donde, referida a la voluntad libre, el concepto de autonomía recibe, con mayor propiedad, el sentido más acorde con su propia etimología: el hombre se da a sí mismo la ley moral y en esto consiste la libertad.

Para Kant éste es el concepto fundamental de su teoría ética; el imperativo categórico es tanto expresión de autonomía como de libertad y moralidad (ver texto ).

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: la autonomía de la voluntad

La autonomía de la voluntad es el estado por el cual ésta es una ley para sí misma, independientemente de cómo están constituidos los objetos del querer. En este sentido, el principio de la autonomía no es más que elegir de tal manera que las máximas de la elección del querer mismo sean incluidas al mismo tiempo como leyes universales. [...] El citado principio de autonomía es el único principio de la moral, pues de esta manera se halla que debe ser un imperativo categórico [...]. Cuando la voluntad busca la ley que ha de determinarla en algún otro lugar diferente a la aptitud de sus máximas para su propia legislación universal y, por lo tanto, sale fuera de sí misma a buscar esa ley en la constitución de alguno de sus objetos, se produce entonces, sin lugar a dudas, heteronomía.

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Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 119-120).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

 

Cuando la voluntad no posee en sí misma la razón de obrar y ha de buscarla fuera de ella, se produce heteronomía (ver texto ).

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: la libertad, clave de la autonomía

La necesidad natural es una heteronomía de las causas eficientes, pues cualquier efecto sólo es posible siguiendo la ley de que alguna otra cosa determine la causa eficiente de la causalidad. ¿Qué puede ser entonces la libertad de la voluntad sino autonomía, es decir, propiedad de la voluntad de ser una ley para sí misma? Ahora bien, la proposición la voluntad es, en todas sus acciones, una ley para sí misma caracteriza únicamente el principio de actuar sólo según aquella máxima que puede presentarse como una ley universal. Justamente ésta es la fórmula del imperativo categórico y el principio de la moralidad. En consecuencia, voluntad libre y voluntad sometida a leyes morales son la misma cosa.

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Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Espasa Calpe, Madrid 1994, 10ª ed., p. 130).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

En cuanto se opone a esta última, que es la condición de tener leyes impuestas por otro, el concepto de autonomía es definido por Kant (ver texto )

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: definición de autonomía

La autonomía de la voluntad es el estado por el cual ésta es una ley para sí misma, independientemente de cómo están constituidos los objetos del querer.

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Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, p. 119).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

Como condición intrínseca de la libertad y, por tanto, de la moralidad: es la facultad que tiene la voluntad de autodeterminarse sólo por respeto al deber (ver texto ),

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: moralidad, autonomía, libertad

La autonomía de la voluntad es el único principio de todas las leyes morales y de los deberes que les convienen; por el contrario, toda heteronomía del arbitrio, no sólo no funda obligación alguna, sino que más bien es contraria a su principio y a la moralidad de la voluntad. En efecto, el único principio de la moralidad consiste en la independencia respecto de toda materia de la ley (o sea de un objeto deseado) y, no obstante, al mismo tiempo en la determinación del arbitrio por la sola forma legislativa universal de que debe ser capaz una máxima. Mas aquella independencia es libertad en sentido negativo, mientras que esta legislación propia de la razón pura y como tal práctica, es libertad en su acepción positiva. Por consiguiente, la ley moral no expresa sino la autonomía de la razón práctica pura, es decir, de la libertad, y esta misma es la condición formal de todas las máximas, la única bajo la cual pueden concordar con la ley práctica suprema.

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Crítica de la razón práctica, Primera parte, cap. 1, § 8 (Losada, Buenos Aires, p. 39).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

…tal como lo expone Kant en su Crítica de la razón práctica. En cuanto coinciden libertad y responsabilidad, la autonomía es la raíz de la moralidad y su condición necesaria, de modo que las acciones morales no son imputables a un sujeto que no sea autónomo, es decir, libre o responsable (ver texto ).

TEXTO ILUMINADOR:

Immanuel Kant: autonomía, forma del querer

Allí donde un objeto de la voluntad es puesto como fundamento para prescribir a la voluntad la regla que ha de determinarla, esta regla no es más que simple heteronomía, y el imperativo se halla condicionado del siguiente modo: hay que obrar de tal o cual modo si se quiere este objeto o porque se quiere este objeto. Por consiguiente, no puede nunca mandar moralmente, o lo que es igual categóricamente. Ya sea que el imperativo determine la voluntad por medio de la inclinación, como sucede con el principio de la propia felicidad, ya sea que la determine por medio de la razón dirigida a los objetos de nuestra voluntad posible en general, como ocurre con el principio de la perfección, resulta que nunca se autodetermina la voluntad de un modo inmediato [...] Una voluntad absolutamente buena, cuyo principio tiene que ser un imperativo categórico, quedará, pues, indeterminada con respecto a todos los objetos y contendrá sólo la forma del querer en general como autonomía, es decir, que la aptitud que posee la máxima de toda buena voluntad de hacerse a sí misma ley universal es la única ley que se autoimpone la voluntad de todo ser racional sin que intervenga como fundamento ningún impulso o interés.

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Fundamentación de la metafísica de las costumbres, cap. 2 (Espasa Calpe, Madrid 1994, p. 126).

Textos de Diccionario Herder de filosofía

FUENTE:

Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos los derechos reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.

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