RELATIVISMO
Del latín “relativus”, relativo, de “referre”, llevar algo a su punto de partida. Afirmación de que todo conocimiento o todo valor moral dependen esencialmente del punto de vista del sujeto que los tiene. Hay relativismo cuando la dependencia del punto de vista subjetivo es total. Sus dos especies clásicas son el relativismo epistemológico y el relativismo ético. El primero defiende que no hay verdades universalmente válidas e independientes de la apreciación de los sujetos; el segundo niega que existan normas morales universalmente válidas. La consecuencia es que tanto el mundo del conocimiento como el de la moral dependen de diversos condicionamientos, que pueden ser el individuo, la sociedad o la cultura, ya sea en el aspecto psicológico, sociológico o histórico.
Comparado con el escepticismo, el relativismo afirma menos. El escepticismo afirma que no hay verdades o, si las hay, son escasas. El relativismo sostiene que las verdades tienen un valor relativo al -en dependencia con el- sujeto. El relativismo se distingue del subjetivismo en que éste establece una dependencia directa entre el conocimiento o el valor y la consideración del sujeto; mientras que el relativismo hace depender el conocimiento o el valor de factores externos al sujeto. En la práctica se identifican, porque en la expresión «el hombre es la medida de todas las cosas» -quintaesencia del relativismo- el término «hombre» ocupa el lugar del sujeto pensante y el lugar de la historia cultural de este mismo sujeto pensante.
Aparte de las dos mencionadas, las ciencias sociales en general destacan la importancia de otras clases de relativismo: el relativismo conceptual y el relativismo perceptivo. El primero hace referencia al modo como la conceptualización de la experiencia del mundo es diversa en las diversas culturas, y así como en el mundo occidental se recurre a conceptos de espacio, tiempo, causa, persona, y similares para clasificar los objetos de experiencia, en otros ámbitos culturales no sólo no se recurre a los mismo conceptos sino que hasta se carece de conceptos tan fundamentales como parece ser el de persona, o identidad personal. La variación, pues, en los esquemas conceptuales parece ser o lleva a una forma de relativismo. De la misma manera, si es verdad que la percepción ha de explicarse más como una forma de imponer orden a la experiencia que como una simple descubrimiento de qué tipos de objetos nos brinda, lo que se llama mundo real es ante todo la manera como entendemos nosotros, y constituimos, lo que es el mundo. La llamada hipótesis lingüística de Sapir-Whorf supone precisamente esta forma de relativismo (ver texto ).
Texto ILUMINADOR:
Martin Hollis: relativismo conceptual y perceptivo
Aun en el supuesto de que la experiencia y la lógica determinan básicamente lo que es racional creer acerca del mundo, queda todavía una enorme variedad conceptual de esquemas que puede adoptarse de muy diversas maneras. Las culturas varían enormemente en la manera de conceptualizar y ordenar sus experiencias. Una forma de esquematizar adorna el mundo con espíritus del bosque y cree que el trueno es un acto de cólera divina, mientras que otra trabaja con partículas subatómicas y la teoría de la energía cinética. Los occidentales organizan su experiencia y le dan sentido mediante categorías de espacio, tiempo, causa, número, acción y persona, por ejemplo, que no son evidentemente universales, por lo menos en el detalle. Otras culturas carecen de nuestra noción de sí mismo y algunas parecen no tener noción alguna de identidad personal. Aun dentro de una misma cultura hay profundas divergencias conceptuales, prueba de intensas discusiones filosóficas sobre el yo, la mente y el cuerpo, de que se ocupa la filosofía de la mente, o de radicales conflictos acerca de la íntima naturaleza de la materia en la física teórica.
Es innegable que los esquemas conceptuales varían enormemente. Pero, igual como sucede con el relativismo moral, debemos proceder con cautela. Formalmente, la variedad no es de nuevo rechazo de la idea de que pueda buscarse una única verdad en el orden subyacente de las cosas o en los términos en que la mente humana puede conseguir un sentido coherente de la experiencia. [...]
La afirmación de que imponemos orden, más que lo descubrimos, pone en entredicho toda presunción de que la percepción nos proporciona un conocimiento inalterado y objetivo del mundo. Este cuestionamiento lo deja bien claro la tesis sobre lenguaje y percepción conocida por los antropólogos con hipótesis de Sapir-Whorf:
El «mundo real» se construye en gran medida de forma inconsciente sobre las costumbres lingüísticas del grupo. Los mundos en que viven las diferentes sociedades son mundos distintos, y no meramente un mismo mundo al que se le han puesto etiquetas distintas. Vemos, oímos o experimentamos en gran medida como lo hacemos porque los hábitos de nuestra comunidad nos predisponen a determinadas decisiones de interpretación (Sapir).
Diseccionamos la naturaleza según líneas que trazan nuestros lenguajes nativos. Las categorías y tipos que aislamos del mundo de los fenómenos no las hallamos aquí porque nos esperan como mirándonos a los ojos; al contrario, el mundo se nos presenta como un flujo calidoscópico de impresiones que nuestra mente debe organizar; lo que quiere decir que debe organizar sobre todo el sistema lingüístico de nuestra mente (Whorf).
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The philosophy as social science. An Introduction, Cambridge University Press, Cambridge 1994, p. 237-239.
Textos de Diccionario Herder de filosofía
El relativismo es, en general (a excepción posiblemente del relativismo ético) una forma de escepticismo.
Representantes clásicos del relativismo son, en la antigüedad, los sofistas, con Protágoras al frente, cuya frase «el hombre es la medida de todas las cosas», ha recibido el nombre de homo mensura. Oswald Spengler sostuvo que sólo hay verdades con relación a una situación concreta de la humanidad. Las modernas sociologías del conocimiento, que establecen que no hay validez absoluta de enunciados, y que la validez de todo enunciado depende de una situación social concreta, tienen problemas de relativismo epistemológico.
BIBLIOGRAFÍA:
Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. Todos los derechos reservados. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
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